Lunidae



Lunidae no supo quién era hasta mucho más tarde. Se creía como un reflejo de los demás, y por lo tanto no se mostraba por sí misma, algo parecido a lo que ocurre con la Luna, que sólo podemos ver desde la Tierra si el Sol la ilumina, pero Lunidae sí que tenía luz propia.

Los ojos de Lunidae siempre fueron misteriosos ojos de hada; sus manos, delicadas manos de hada; su esencia, esencia de hada. Eso es lo que siempre ha sido, es y será: un hada. Sin embargo, esto es algo que descubriría mucho tiempo después... porque hasta a las hadas las puede confundir el destino.

Fragmento del Cuento "Lunidae, el hada que se creía sapo"

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