Quien viene sólo sabe que viene. Quien se va sólo conoce su final. Para salvarse del abismo ¿Por qué sujetarse al precipicio? Las nubes bajas nunca saben adónde las llevará la brisa.
Bella soy, ¡oh mortales!, como un sueño de piedra, y mi seno, que a todos siempre ha martirizado, para inspirar amor a los poetas medra a la materia igual, inmortal y callado.
En el azul impero, incomprendida esfinge; al blancor de los cisnes uno un corazón frío; detesto el movimiento que a las líneas refringe, y nunca lloro como jamás tampoco río.
Los poetas, al ver mis grandes ademanes, que parecen prestados de altivos edificios, consumirán sus días en austeros afanes;
Pues, para fascinar a amantes tan propicios, tengo puros espejos que hacen las cosas bellas: ¡mis ojos, tan profundos, como eternas centellas!
¿Qué es el arte sino una mirada al interior de uno mismo, y la necesidad de sacarlo fuera lo que te encuentras en ese camino hacia tu propio conocimiento, sea cual fuere el medio, las formas, los colores con lo que logras sacar de lo más profundo de tu ser, algo que solo tú tienes, porque si es verdad que todos somos únicos y especiales, solo los artistas son capaces de evidenciar lo sublime que es el ser humano.
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